Entra, toma prestado algunos libros y piérdete en algún mundo mágico por un rato... el café, te lo debo.

LECTURA:
Libros 1 y 2: Febrero 2016 | Libro 3: Abril 2016

Cae una misteriosa enfermedad que sólo afecta a los niños. La mayoría de ellos muere, pero los que sobreviven se convierten en algo que todos temen, y ya sabemos lo bajo que puede caer una sociedad que tiene miedo.
El primer libro me atrapó con la primera página. Fue como si alguien estuviera relatando algo y yo llegué a medio cuento, y más perdida no podía estar. Por supuesto todo era una táctica para obligarme a no soltar el libro porque tenía que saber de qué rayos estaban hablando. Mientras más leía, más preguntas saltaban en mi cabeza. Ya había elaborado unas siete teorías propias y todavía no había llegado al capítulo 3. Los niños se han convertido en algo que no pidieron, y como la sociedad no inventa sino que recicla, repite sus mejores errores y encierran niños de todas las edades en campos de concentración, muy nazi todo. El miedo hace que la gente reaccione de forma atroz, y estos niños sufren o mueren por algo que ni ellos mismos entienden.
La primera mitad del libro consiste en seguirle la pista a Ruby y a sus amigos marginados mientras intentamos conectar piezas sueltas de información. Algunos podrían calificar esta primera parte como lenta, pero a mi me mantuvo al borde pensando que en cualquier vuelta de pagina podía explotar algo. Luego de tanto huir, mirando constantemente por encima del hombro, parecen encontrar un lugar para descansar y conseguir algo de normalidad... así que obviamente esperaba que en cualquier momento se acabara la paz o que ciertos personajes sacaran las garras. Cuando eres un arma, confiar es prácticamente imposible porque no puedes adivinar quién no quiere utilizarte o sacarte provecho. La situación escala y a Ruby le toca acudir, no a los buenos (si es que los hay), pero al menos al diablo que ya conoce.
Ya en el segundo libro, Ruby intenta sobrevivir en un nuevo ambiente pero hay demasiadas personas dañadas con agenda propia. Hay una guerra sin sentido y los psi son menos que peones. Pero al menos esta vez está entrenada y conoce el juego... O eso cree. Comienzan a aparecer personas que parecen querer ayudar y Ruby se ve tentada a bajar la guardia, pero esta acostumbra a que toda "alma caritativa" tenga un plan oculto con ella. Los personajes conocidos han endurecido y los nuevos son tan complejos como volátiles.
A esta altura de la historia el enfoque está en la batalla interna de Ruby: ¿Quién tiene el control: ella o las habilidades? El problema del poder es que es adictivo. Puede que al principio le diera miedo lo que era capaz de hacer, pero luego de una probada cuesta detenerse, cuesta encontrar la línea entre correcto e incorrecto, y la mente empieza a justificar las acciones de motivo dudoso. Un dilema que nos lleva al tercer libro.
Ruby busca desesperadamente algo a lo que aferrarse. Necesita que algo le confirme que todo el infierno que pasó tenía un propósito. La consume un extraño anhelo de cuidar y salvar a todos. Intenta mantenerse cuerda para poder ayudar a los demás y para poder lidiar con Clancy; un personaje a quien, debo admitir, comienzo a comprender mejor. Estoy casi segura de que si me hicieran todo lo que le hicieron a él, todo el que se me cruce lo lamentaría.
En este libro eché en falta la narración en tercera persona debido a las misiones paralelas. Comienzan a tener peso las pistas sobre el origen del extraño evento que lo empezó todo; hasta ahora, sobrevivir es lo único que ha importado. La culpa del sobreviviente esta haciendo mella en Ruby. La hace tozuda, daña algunas relaciones y acaricia la psicótica idea de morir para salvar a todos. Hay mala comunicación entre Ruby y Cole (qué raro), y los secretos evitan que los demás entiendan bien la situación. Tomando en cuenta todo lo que les ha pasado, nadie quiere seguir órdenes a ciegas.
Por lo general los finales siempre me decepcionan en algo pero con este sentí que era, digamos: correcto. Aunque para mi dolió la caída de alguien que veía como héroe (No es spoiler. Cuando lees este tipo de historias, sabes que alguien va a morir), el desenlace para los demás fue lo justo, algo agridulce ante lo que dejan atrás y lo incierto que se acerca.
Cuatro años después de haber leído estos libros es que me entero de la existencia de una cuarta entrega. Y aunque no tuve ningún problema con despedirme de los personajes al final del tercer libro, me gustaría saber qué faltó por contar.


[ 8 ] Demasiado bueno; una lectura emocionante.
[ 8 ] Demasiado bueno; una lectura emocionante.
[ 8 ] Demasiado bueno; una lectura emocionante.



COMILLA1
Es posible que nunca llegue a a cambiar nada, ¿pero no te gustaría estar presente por si acaso cambia?
—Alexandra Bracken, Mentes poderosas
Era más fácil la insensibilidad de la certeza que vivir con la herida abierta de la esperanza.
—Alexandra Bracken, Una luz incierta
COMILLA2


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CIERRE_ENTRADAS

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