LECTURA: Octubre 2015
De verdad no recuerdo cómo llegó a mí este libro ni por qué me decidí a leerlo, pero creo que fue la sorpresa fantasiosa de la sinopsis contrastando con una portada que de lejos gritaba "drama romántico". Porque sí, tiene pinta de telenovela pero nah, nada que ver. Claro que es romance, pero del bueno: sustancioso, nada empalagoso y con un toque de fantasía.
La historia se presenta con la premisa "el verdadero amor supera cualquier obstáculo, incluso el más insalvable: el tiempo". Pueden imaginar por dónde va la cosa. El comienzo es ligero y fresco, y con poco esfuerzo te pone curioso; ayuda mucho que los protagonistas sean atrayentes desde la primera página. Luego empieza el vaivén, los saltos entre 1916 y 2007, entre Amiens (Francia) y Nueva York, entra la Primera Guerra Mundial y el Wall Street.
A pesar de que en cualquier otro libro el viaje en el tiempo sería lo central de la historia, la autora decanta por explotar el romanticismo, que es particularmente tierno en este caso. Hay énfasis y lujo de detalles emocionales que de verdad te hacen sentir que el romance que estás leyendo es vívidamente realista o maravillosamente falso, si entienden lo que quiero decir.
Kate es algo que no se ve mucho en libros: estable. Es su propia persona, tiene en claro sus metas y principios, no es un resultado cliché de su ambiente. Es alguien a quien fácilmente respetaría. Y cuando pienso en Julian pienso en el Capitán América. Un caballero a la antigua que puede derretir cualquier corazón demasiado feminazi. Y dada la situación de tiempo y espacio con Julian, diría que tiene eso y más en común con Steve Rogers. Es casi demasiado perfecto y sus atenciones pueden ser abrumadoras, pero sabiendo de dónde viene, se le perdona y sería estúpido quejarse por ello. Cada uno tuvo que viajar en el tiempo para conocer al otro, y cada uno se enamoró debido al viaje que hizo el otro. Aunque debo decir: no sé dónde comienza y termina esa paradoja.
La autora ha dejado la poca acción que hay para el final, pero no por eso le voy a quitar puntos en todo lo demás. Sí me hubiera gustado que se explorara más la ciencia ficción y lo intrigante de los viajes en el tiempo, que parecían orquestados por alguien con un plan específico. De hecho, la explicación del viaje en el tiempo que ofrece la autora es algo vaga, no muy creativa, dejando todo en un misterio que más bien parece perezoso. Había cabida para bastante creatividad y emoción en ese aspecto, pero por lo visto la autora sólo lo tomó como un medio para contar una historia de amor que supera el máximo obstáculo que pueda haber. Sin embargo, insisto: la historia de amor con A mayúscula compensa cualquier fallo científico que nuestro geek interior se empeñe en querer resolver.
[ 6 ] Bueno; había que leerlo.
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