Entra, toma prestado algunos libros y piérdete en algún mundo mágico por un rato... el café, te lo debo.

LECTURA: Abril 2016

Hace 10 años eran dioses, hoy son despojos. Hace 10 años era una ciudad majestuosa, hoy es la prisión de muertos en vida. Los reinos peligran, y la caída de Elantris es un arma atractiva para fanáticos cegados. Desde dos frentes, guerreros improbables luchan por restaurar sus tierras antes de que llegue el golpe de gracia de un tirano, de una ideología, que no admite contrarios.
Puedo contar con una mano los libros me han atrapado con una línea inteligente, y este es uno de ellos. «La eternidad terminó hace diez años», esa fue la frase que decidió que este libro fuera mi lectura del momento: una historia sobre un lugar utópico que ahora guinda de la existencia como una cárcel para "muertos". La desgracia que permanece sobre la gente de Elantris es algo que solo puedo traducir como la versión fantástica de zombis, menos la masacre sin sentido. Y la única magia en este libro está intentando ser rescatada de las leyendas que se cuentan.
En este libro está presente la popular compensación para historias de este estilo: se busca equilibrio con una civilización de evolución social casi nula, política y sociológicamente retrasados, como contrapeso a la presencia de la magia. Se desarrolla desde tres ángulos. Primero está el punto de vista de Hrathen, que parece pertenecer a un grupo fanático que mezcla política con religión (letal combinación cuando la alternativa a no convertirse es la muerte) y se aprovecha de la tragedia de Elantris para reclutar aliados a base de miedo o de ambición. Luego está Raoden, quien no abrazó la miseria a pesar de estar viviendo en "Zombilandia", y busca sacar un buen provecho de todo lo que pueda. Ni la maldición que cayó sobre él borró su esencia de líder y estratega. Por último está Sarene, que se vale de su astucia y del prejuicio de los hombres hacia ella para hacer reconocimiento de la situación y de las personas.
El libro es un ejemplar retrato social, político y económico contemporáneo a través de una fantasía. En el horizonte de la historia se ven dos peligros latentes: o la nación de Fjordell se aprovecha de la desgracia de un vecino y la minoría del otro para imponer su dudosa teología a modo de imperio, o Arelon cae por su propio peso. La avaricia parece ser la enfermedad que más ha echado racíces, tanto en el sistema de Arelon como en la religión de Hrathen. Es Sarene quien termina dándole clases de política y economía a figuras importantes de este su nuevo reino, que ha decaído gracias a un gobernante negligente. Ella intenta dar todo lo que tiene para a Teod y Arelon, su viejo y su nuevo hogar respectivamente.
A medio libro empiezan a confluir los tres ángulos de la historia, y los giros son una vez más interesantes. Aunque la bendita lucha de Hrathen me tenía sin cuidado y nunca lo vi tan impactante como para que valiera la pena contar sus misiones. Cuando leía sus capítulos, mi mente permanecía en Elantris. El personaje de Sarene sí disfruté leerlo. Ella sería la versión fantástica de la mujer contemporánea: carrera a toda máquina, metas claras, infunde respeto... Pero una partecita de ella quisiera compartirlo con alguien, alguien suyo (I feel you, my friend). Pero creo que mi favorito fue Raoden. Todo lo bueno que logró sacar de la peor situación y que lograra contagiar a tantos de esperanza... no puedo más que admirarlo.
Aunque las cosas al principio se tomaron su tiempo, después todo valió la pena (y por supuesto, esa es la gracia de leer ficción). Caen todos los telones, y todos los eventos menores que habían sido ofrecidos con gotero revientan en bombas que mantuvieron mis cejas muy arriba en mi frente hasta la última página. Al final, seguía teniendo preguntas, pero a pesar de mi curiosidad, las respuestas que no tuve son misterios con los que puedo vivir.

[ 6 ] Bueno; había que leerlo.



COMILLA1
El sueño que tienes, esa loca idea de una Elantris donde cultivemos comida e ignoremos nuestro dolor... quiero verte intentar crearlo. No creo que lo consigas, pero pienso que nos convertirás en algo mejor en el proceso.
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Dicen que dan a sus mujeres más libertad, pero sigue dando la impresión de que la libertad era suya para poder "darla" en primer lugar.
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Ninguna batalla, ni siquiera una batalla sin esperanza, era en vano cuando se defendía lo justo.
COMILLA2


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