Entra, toma prestado algunos libros y piérdete en algún mundo mágico por un rato... el café, te lo debo.

LECTURA: Septiembre 2015

Explorando el género romántico por primera vez hace años, llegué a enterarme que este tipo de libros (tipos musculosos sin camisa en las portadas) fueron el hazmerreír de la literatura durante mucho tiempo; no es que hoy en día los miren mejor, simplemente a las lectoras ya les importa un comino lo que piensen. Yo no sabía absolutamente nada de corrientes, modas y estigmas literarios, sólo sabía que me gustaban los escenarios históricos. Por suerte para mí, me topé con una de las muy pocas autoras que se toma en serio el trabajo de historiadora y no usa la figura del highlander meramente como objeto sensual decorativo. Lo primero que leí de McCarty fue la trilogía MacLeod pero fue hace mucho tiempo y no tomé notas. Como estaba leyendo esta serie mientras diseñaba el blog la primera vez, hice mi tarea.
En el primer libro, Caitrina es la consentida del clan y la obviamente codiciada por todo lo que tenga testosterona, y Jamie es el irreal y perfecto guerrero que le tira el primer balde de fría realidad a la princesita. Comenzó bastante estereotípico, pero a este género se le perdonan los clichés en lo primeros capítulos; el valor de la historia recae en el giro que la autora sea capaz de darle. Los eventos se precipitan y Caitrina finalmente se ensucia con la realidad de las Highlands. Desde allí había muchos caminos lucrativos para la historia y esperaba que ninguno incluyera la típica atracción inexplicable que opaca la tragedia porque sería algo insensible ante los sucesos, y de paso, nunca es creíble. Al final, eso fue lo que sucedió, pero fue algo breve, no lo suficiente para decepcionarme. Ciertamente la autora supo darle la vuelta a posibles chascos y construir una trama intrigante. Los protagonistas están en constante lucha por salir de una red de desconfianza y prejuicios. Y los problemas externos no hacen más que diariamente poner a prueba su temple. Es difícil separar sus problemas particulares de los políticos y sociales; un enfoque dual bastante interesante que le otorga sustancia al romance histórico.
Los libros son paralelos, así que en el segundo siguen los conflictos de los clanes, sin embargo, cambian de ángulo. El Campbell de turno es Elizabeth. Lizzie es una valiente innata por lo que se hace un personaje agradable de forma instantánea. Claro, debo admitir que no soy objetiva en esto, ya que yo misma, como Lizzie, tengo disfemia desde niña, y aunque no tuve sus mismos inconvenientes y malos ratos, era imposible no identificarme con ella. A pesar de todo eso, tuve algunos problemas con el relato. No entiendo cómo en medio del peligro se gastan tantos párrafos en percepciones y pensamientos. Cuesta imaginar que el personaje pensó todo eso en tres segundos y de paso le quita el filo al peligro al interrumpirlo con cavilaciones tan extensas. También está el hecho de que se repite la historia del hermano malo que trauma a la mujer del hermano bueno. Obviamente a la autora le gusta el asunto de la oveja negra. Y por supuesto, lo que siempre me cae mal: las mujeres son el punto débil, el blanco fácil, para los enemigos. Pero bueh... supongo que es algo históricamente verídico y no lo usaré contra la autora.
El libro también tiene sus puntos fuertes. Me gustó la genuina evolución del héroe, un hombre empeñado en recuperar lo que le arrebataron de niño, para de pronto caer en cuenta de que no estaba preparado para manejar tanto; algo bastante honesto. En este romance tampoco se usa el trillado "nuestras clases nos separan". Los obstáculos para esta pareja son de peso. No debe ser fácil ignorar que la familia de uno fue la desgracia de la del otro, y aun superándolo, unirse puede acarrear muerte, literal.
Siendo el mayor de los Campbell una tremenda escoria, imaginé que el tercer libro solo podía tratarse del misterioso e ilegítimo Campbell: Duncan. Aquí si no tuve mucho aprecio por la "heroína". Pensé que la apreciación hacia Caitrina en el primer libro era exagerada, pero la de Jeannie le gano: sexo embotellado. La desconfianza, propia y hacia otros, es la verdadera protagonista de esta historia. La pregunta "y si me equivoco" es la que más circula por las mentes. En todas estas historias siempre están los grandes malentendidos debido a que todo el mundo asumió y nadie preguntó. Pero en este caso, las consecuencias fueron tan dañinas que aun hablando y preguntando era imposible comprender al otro. Sentía que esta historia, con sus muchas capas de secretos y traiciones, mantendría la intriga constante, y por ende lo interesante, pero siento que perdía fuerza entre (otra vez) taaaaantas cavilaciones de los personajes. Y es que si fueran cavilaciones sobre los secretos, estaría bien, pero en lo que más pensaban eran sobre las reacciones de sus cuerpos ante la presencia del otro. Innecesario exceso de detalles.
Con todo, hay que admitir que McCarty es buena mezclando hechos históricos y ficción. Lo que más destaco de estos relatos es que durante gran parte de ellos costaba distinguir entre los malos y los buenos del conflicto; cada bando tenía villanos, víctimas y héroes.


[ 6 ] Bueno; había que leerlo.
[ 6 ] Bueno; había que leerlo.
[ 6 ] Bueno; había que leerlo.





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