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Lecturas (1): Abril 2015

Cuando empecé este libro estaba esperando el ambiente medieval, pero no contaba con presencia mágica. Todo se desarrolla en medio de una monarquía que arrastra lo que muy acertadamente llaman "la enfermedad de la delincuencia". La lucha no es contra un villano en sí, sino contra un sistema corrupto, no forjado por el gobierno sino por pueblo, pero una larga cadena de reyes ha optado por hacer la vista gorda. La esencia de todo esto es una guerra entre clanes mafiosos: unos que malversan habilidades especiales y otros que son simplemente criminales de cuello blanco que intentan aparentar el estatus de nobleza.
Ya con pocas páginas leídas me gustaba la protagonista, no por tener un buen carácter, sino por no tenerlo de forma genuina. René ha sido bendecida con una segunda oportunidad y por ello siente que le debe grandeza a la vida, aunque tenga que enemistarse con padre en el proceso. Su forma de ver y analizar el mundo es muy propio de alguien de su edad. Su mente es algo estrecha y está sujeta a la poca información que recibe de los adultos. Sus pensamientos suelen ser altaneros, opinando sobre sucesos que aun no ha vivido como para juzgar con propiedad. A veces cree saberlo todo a pesar de su inexperiencia, lo que es muy propio de un adolescente. René todavía no ha visto todos los matices de la vida, y es interesante verla madurar e intentar entender esos matices; su fortaleza comienza cuando decide que lo más grande que puede hacer con su vida es ser siervo de la corona. La creación y desenvolvimiento del personaje fue un gran trabajo de la autora.
Hay muchos personajes enriquecedores en la cruzada de René. Uno de los más atrayentes es Savoy. Lo rodean muchos misterios y enigmas que no quedan del todo resueltos, por lo que se percibe como un héroe que trabaja a segundo plano. Quería más de este personaje y pienso que la autora tendría mucho que contar sobre él si se decide por una secuela.
Obviamente también destaca Alec, amigo y compañero de René. Aunque esperaba que Alec no fuera el bendito cliché de "mejor amigo románticamente ignorado por años", su participación en la historia es bastante sustancial. Le toca lidiar con los dilemas y problemas de una facción valorada aunque utilizada, restringida y perseguida, todo a la vez. Sus privaciones vienen de estrictas reglas que nacen de la desesperación y del miedo a esa "enfermedad de la delincuencia", pero los únicos entre ellos que se ven afectados son los que tienen honor y ética, puesto que los criminales siempre encontrarán la forma de evadir la ley. No pude evitar ver esa situación como un retrato gubernamental y social muy contemporáneo, a pesar de su contexto fantástico.
Me gustó que hay muchas situaciones en este libro con las que uno se puede identificar, o si se está presto a ello, aprender. La cruzada de René plantea incógnitas que no me son ajenas, ni a mi ni a nadie: ¿Hacemos lo que dicta la norma o lo que sabemos que es correcto y justo, pero contrario a una ley deteriorada? ¿Son nuestras aspiraciones más grandes que nosotros? ¿Estamos capacitados para operar un cambio, incluso teniendo todo un sistema con años de dureza en nuestra contra? ¿Puede una sola persona de verdad afectar la historia?

[ 7 ] Muy bueno; estuve de lo más entretenida.




COMILLA1
En cuanto a lo de cambiar el mundo, eso empieza cuando uno decide que puede hacerlo.
COMILLA2


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